Amaneció un soleado día de principios de otoño, fecha en la que celebrábamos tentadero de APTC en la Ganadería El Ardal de Hermanos Segura, en el término municipal de Linares.
Para un servidor, que recibió el ofrecimiento de escribir la crónica y que acepté con agrado, fue una jornada muy especial al tratarse de mi tierra, en la ganadería de mi amigo José Ramón Segura, con mis compañeros Aficionados Prácticos de Córdoba, los aficionados prácticos de Málaga UMAPTA, el maestro Curro Díaz, mi familia e invitados…
No sé si fue casualidad o el destino, citarse a primera hora de la mañana en la gasolinera del minero, lugar donde el maestro más grande que ha dado mi Linares, esperaba para ir de tentadero y punto de partida hacia Madrid en busca de su oportunidad.
Arrancamos de la gasolinera en dirección Arquillos para a continuación tomar el desvío de La Garza hacia la ubicación de la finca, a escasos 8 km de la población, con un acceso buenísimo y un enclave privilegiado.
Los hermanos Segura han sabido conjugar unas instalaciones modernas con el sabor de lo auténtico, en un paisaje típico de esta zona, terreno ondulado, abrupto con enormes piedras de granito, con vetustos acebuches y cómo no, frondosas encinas que enriquecen este entorno natural, un oasis en un mar de olivos.
Entrando en materia, el día comenzó con un poco de nervios, dado el gran número de personas que asistimos y la responsabilidad del evento, pero todo dentro de la normalidad. Nuestro presidente, con la naturalidad que le caracteriza, no es peloteo sino una realidad, dijo unas palabras de bienvenida, agradecimientos y presentación de nuestros invitados, la asociación de Málaga UMAPTA y el maestro Curro Díaz que nos acompañaron durante toda la jornada. Desde aquí les quiero agradecer su presencia, en especial al gran maestro Curro Díaz, gracias Paco.
Esperaban en los corrales más de media docena de becerras para tentar y, sí, digo tentar porque así lo exigió el ganadero para probar su bravura y seleccionar madres principales.
Ganado bien presentado y variado en su comportamiento, como en las antiguas boticas, siempre con esa herencia de Núñez, suave y dulce si caen en buenas manos, pero en cambio si le haces las cosas mal, atente a las consecuencias. Todo hay que decirlo y esta vez el punto se lo llevó Málaga entendiendo a la perfección a su animal y sacando el máximo partido de él, enhorabuena.
La becerra que nuestra asociación regaló al maestro Curro, desgraciadamente no sirvió y nos perdimos deleitarnos con la personalidad única de este torero.
Por último, nosotros, disfrutamos mucho, esa es la verdad; intentando estar siempre en toreros, haciendo las cosas bien y poniendo en práctica todo lo aprendido de nuestro director técnico Sergio Jiménez Contreras.
La jornada terminó, como no podía ser de otra manera, comiendo de tapas en un bar de mi pueblo minero. Espero volver.
Autor: Luis Carlos González
Fotos: Fran Huertas, Rafa Risquillo, Jesús Romero
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