viernes, 24 de febrero de 2017

Tentadero de APTC en la ganadería de D. Carlos Núñez. Noviembre 2016.

Mañana de tentadero. Ataviados para la ocasión y provistos de capotes y muletas, APTC emprende su particular singladura a tierras gaditanas. Cual Quijote en busca de su aventura y las alforjas llenas de sueños, cada uno de nosotros se busca en su interior para reconocer qué somos y porqué necesitamos torear.
Ruta del toro, ¿hay quizás un mejor nombre para describir la senda por la que habría que transitar? Al fondo, los molinos de viento ya nos aguardan para indicarnos que nuestro destino se aproxima y Rocinante está pidiendo a gritos ser percherón para poder picar.
A escasos kilómetros de la mítica dehesa de Los Derramaderos, en Tarifa, D. Carlos Núñez nos recibe cordial y libreta en mano en la finca Tapatana. El Presidente de la Fundación Toro de Lidia, con la que APTC colabora orgullosa y activamente, y responsable de la conservación de la pureza de esta vacada, nos invita a seleccionar las vacas que serán objeto de la prueba más exigente, el tentadero.
La visión de la plaza y del recuperado hierro de Rincón nos evoca al V Califa en aquella tarde del rabo en Sevilla, a Ojeda, a Espartaco, a Paquirri..., a soñar el toreo porque a eso vinimos.
Compartimos la mañana con la Asociación de Málaga, fieles compañeros que estarán atentos para hacer el quite cuando la ocasión lo requiera y los vuelos en esta ocasión no son de gaviotas extraviadas de Baelo Claudia con aroma a garum en sus picos sino de los capotes y muletas de APTC.
Es la hora de recordar qué y cómo se ha entrenado, qué consejo nos dieron en aquella tapia y soñar con el tranquito de más de este encaste. Olvidarse de todo para ser y parecer uno mismo. Sentir la colocación, que el toreo fluya como parte de nosotros y sentirse orgulloso de todos los compañeros que han sido capaces de superarse a sí mismo.
19 de noviembre de 2016, último tentadero del año para los Aficionados Prácticos Taurinos de Córdoba y la ilusión reforzada porque cada aventura superada nos recuerda que sí se puede y que el toreo es un ejercicio de espíritu que alimenta el alma que necesitamos para encontrar lo que buscamos.

Autor: Luis Tesón Ramos
Fotos: Rafa Risquillo, Fran Huertas.













Sergio Jiménez "Machaquito" director artístico de APTC observando las actuaciones de los APTC.
Juan Manuel Arjona, profesional que colabora con la asociación, atento al quite.














Samuel, hijo de Toñi Azahara, toreando de salón al acabar el tentadero.

David Encinas, Juanma, Sergio y Toñi comentando tras el tentadero.

Marcos, al igual que su hermano, se expresa muy bien con la muleta y sueñan ya con torear.

Samuel y Marcos, como dos auténticos maletillas en busca de su oportunidad.

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