Aficionados Prácticos Taurinos de Córdoba: Chiquilín con los aficionados prácticos

Esta Asociación de Aficionados Prácticos recibió la visita del matador de toros Rafael Jiménez González "Chiquilín" durante las clases de toreo de salón que se llevan a cabo cada martes. El Maestro impartió su Tauromaquia ante la admiración y la sorpresa de los asistentes.

Cada vez que hago el paseíllo en esta plaza, que sin ser plaza material, me hace sacar todo lo que llevo dentro. Una semana más, nuestra afición ha vuelto a dar otro pasito en el propósito de aprender a valorar tantas y tantas cosas que engloban nuestra Fiesta por excelencia. Y es que queridos compañeros, esta semana nos acompañaba un matador de toros de los que ha dado Córdoba y de esos que, forman parte de la historia viva del Coso de Los Califas, de aquellos que fueron capaces de poner en pie de guerra una afición dividida cuando en tinta se anunciaban aquellos mano a mano que paralizaban la ciudad del califato. No podéis imaginar las caras y las sensaciones de mis compañeros al tener delante suya a uno de los protagonistas de ese tiempo, les hablo del maestro Rafael Jiménez González “Chiquilín”, quien al informarle de nuestro proyecto no dudó en participar y darnos la mano con el fin de aportarnos y enseñarnos los entresijos de su añorada Tauromaquia. Y aún más añoranza ha sembrado el maestro cuando en su visita, con esas muñecas partidas, acariciaba con el percal el aire, con esa lentitud que le caracteriza… Y cómo describir, cuando encajado en una cintura partida, muleteaba el viento de tal forma que parecía que estábamos teletransportados a aquellos años de rivalidad Cordobesa que tanto se rememora por los mentideros.

Qué bonito es poder apreciar cada día las distintas formas de concebir el toreo, diferentes tauromaquias, diferentes papeles de este arrte, es grandioso. Pero, no puedo abandonar este redondel sin recordar, cómo van mejoraando mis compañeros de cartel, qué barbaridad, qué afición acompañada de la ambición del que empieza y lo mejor de todo es que nuestra familia crece día a día. Sin más me despido como establecen los cánomnes del toreo, dándole las gracias al maestro Chiquilín así como a aquellos que hacen posible que esto salga pa´lante. Gracias.

Autor: Salvador Domínguez